El kitesurf es un deporte extremo de deslizamiento sobre el agua en el que el viento propulsa una cometa de tracción unida a tu cuerpo mediante un arnés, para que navegues en una tabla sobre las olas.
Esta modalidad deportiva data oficialmente de 1977, año en que Gijsbertus Adrianus Panhuise patentó un sistema de navegación sobre una tabla de surf traccionada por una especie de paracaídas.

Desde entonces el también llamado kiteboarding o flysurfing ha adquirido una gran popularidad, gracias a su espectacularidad y accesible aprendizaje, y las escuelas especializadas se han multiplicado a lo largo del planeta.
Si bien para su práctica no es necesario que seas un portento físico ni estar en los mejores años de juventud sí que has de tener en cuenta de que se trata de un deporte de riesgo, por lo que son necesarias ciertas dosis de fuerza, resistencia y coordinación.
Eso también implica que aquellas personas con déficit respiratorio grave o problemas cardiovasculares no deben realizarlo, porque la adrenalina liberada hace aumentar notablemente la tensión arterial y el ritmo cardíaco. Tampoco está indicado para quienes sufran lesiones graves o recurrentes de hombro o rodilla, padezcan diabetes o no sepan nadar, ya que cualquier incidente en alta mar podría resultar doblemente peligroso.
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